Cuando se habla de la limonita, no se hace referencia a un mineral tal como lo conocemos, sino que más bien define a una composición heterogénea de óxidos ferrosos, siendo los más habituales la lepidocrocita y la goethita. Aunque se encuentre clasificada como un mineral, la limonita se encuentra más cercana de ser una roca que otro elemento. Para los geólogos más expertos, este mineral cuenta con otro nombre, denominándolo como estilpnosiderita, que quiere decir brillante y esplendido. De manera más vulgar se utiliza para esta piedra el nombre de ocre, ya que esta es la tonalidad de su color.
Su composición química no es estable, debido a que cuenta diferentes concentraciones de elementos, según la zona en la que se encuentre y también los componentes óxidos que formen parte de la limonita. De igual manera, los más habituales son aquellos óxidos que no van a ser cristalinos, como es el caso de la lepidocrocita y la goethita. Su transformación y estructura reticular es en forma de pequeños octaedros pudiéndose detectar justo en el núcleo de estos los átomos de hierro, mientras que en el exterior se encuentra el oxígeno.
Su etimología proviene del griego, pero no fue utilizada hasta 1832 para denominar a este mineral, siendo leimon (pantano) la palabra que le dio origen al término limonita. La utilización de esta palabra tiene su significado al lugar en el que por norma general se encuentra esta piedra, siendo muy cerca de los pantanos, o extraída del hierro que sale de estos lugares, el cual suele tener un color muy diferente del convencional.
Este mineral, debido a su compleja composición, no va a formarse libremente, por lo que siempre que nos encontremos en un terreno la limonita, podremos prever que cerca se encuentra algún tipo de hierro. Por consiguiente, se conoce que cuando el hierro se forma dentro de la tierra, cuando existe una ventilación o la tierra empieza a oxigenarse en exceso, empezará a transformarse las capas que están más cercanas al oxígeno en este mineral, necesitando además de otros componentes. Cuando la limonita se va formando, muchos geólogos o mineros denominan a esta capa como sombrero de hierro.
Aunque menos habitual, es posible que se formen en yacimientos de rocas silicatadas, o incluso carbonatadas, siendo más común en climas más tropicales. Se dice que, además de la utilización del óxido de hierro para su metamorfosis, entran en juego bacterias que van a conseguir que este material vaya tomando forma, por lo que muchos investigadores aceptan el origen de este mineral como orgánico. Estas bacterias únicamente van a producirse en lugares pantanosos o zonas marinas, por lo que suele ser más importante la denominación de hierro del pantano en estos casos.
Actualmente los yacimientos más explotados son aquellos que se encuentran en zonas cálidas del planeta, sobre todo en Brasil, Congo, India, Cuba y en menor proporción Canadá. En España también se explota este mineral, siendo las minas más importantes en Vizcaya y Teruel, aunque existen otras localidades que cuentan con yacimientos activos.
Usos de la Limonita
La limonita ha sido utilizada desde hace miles de años. El principal uso que se le ha encontrado desde la antigüedad hasta nuestros días es el de tinte, tanto para teñir prendas o decoración, como también para darle el color ocre a pinturas y cuadros.
Para conseguir esto, lo que se requería era una piedra de este mineral y luego se iba moliendo, convirtiéndose en polvo. Este se mezclaba con otros elementos que le daban consistencia y cuerpo, además de que conseguían que resistiese más a las inclemencias del tiempo. En el tintado de textiles la utilización era muy parecida, quedando las prendas con este color tan característico.
Pero en la actualidad y desde hace cientos de años su uso más frecuente ha sido como mena de hierro, ya que, aunque cerca de ellas se encontraba hierro de buena calidad y en mayores proporciones, con ciertos tratamientos químicos, el hierro del que está formado se desprende del resto de componentes, obteniendo una cantidad nada despreciable de este metal.
Según los geólogos, la limonita tiene una cualidad muy interesante y especial, debido a que es capaz de cumplir una función de reconstrucción de los minerales del hierro de la Tierra, algo que habría ocurrido hace miles de años atrás y que fueron conformando las denominadas eras geológicas del planeta.
Otro de los usos más habituales es la elaboración de fertilizantes y abonos para plantas y cultivo. Al ser un mineral rico no solo en hierro, sino en otros sustratos, es un componente ideal para todo tipo de plantas, aunque cabe destacar que el hierro que proviene de la limonita no se utiliza como suplementación de animales o personas, ya que se prefiere usar otros hierros más puros.
En la geoterapia también se utiliza la limonita ya que cuenta con unas propiedades curativas muy potentes. Para aquellas personas que tienen en su interior mucha energía, mucha fuerza pero que estas se encuentran desorganizadas y sin rumbo fijo, este mineral les ayuda a calmar dicho poder, canalizándolo hacia donde el propietario quiere o desea, con el fin de dar uso a todo este poder para lograr un objetivo que ayude.
Esta fuerza interior conseguirá desarrollarse y mejorar cuanto más tiempo se tenga al lado a la limonita, siendo capaz de resistir cualquier ataque de personas que intentan hacerte daño, pero sin que tu mente o cuerpo se vean afectados por la negatividad de dichas palabras. Si quieres encontrarte con una persona, hacer las paces con ella y que todo acabe correctamente, intenta llevar una piedra de limonita en tu bolsillo derecho del pantalón, ya que esto te ayudará a solucionar cualquier problema y que todo vaya dirigido a buen cauce. Si tienes que hacer un examen o pronto tienes que realizar alguna prueba que requiera de mucho pensamiento, es un mineral que te ayudará mucho.
Al tener un color dorado, este elemento te favorecerá a mejorar tu estado de ánimo, sintiéndote más alegre y optimista, acercando hacia ti la suerte. Te sentirás con mucha energía y con ganas de hacer muchas cosas a la vez pero de manera organizada, despreocupándote de los malentendidos y de las malas lenguas que quieren verte caer.