Obsidiana

Para conocer la etimología de esta piedra, debemos de remontarnos a la época de la antigua Roma, en la que según el escritor y científico Plinio, fue un hombre bajo el nombre de Obsidius quien encontró e identificó este mineral. Por lo tanto, se tomó la derivación de lapis obsidianus para hablar de la piedra de obsidiana, habiéndose descubierto cerca de las tierras de Etiopía.

A pesar de entrar dentro de la clasificación de gema, no se la considera un mineral estrictamente, debido a que se trata más de una roca vítrea que a un mineral por si, sin embargo, debido a su forma y muchas de sus características, se han incluido dentro de la categoría de mineral, aunque cuenta con muchas peculiaridades que la hacen tan especial.

Este seudomineral ha tenido, desde la prehistoria, una importancia enorme, usándose para muchos fines, desde armamento, hasta para la creación de joyas o piezas de ornamentación con motivos mágicos, dándole una utilización ritual debido a su forma y sobre todo su color.

Características de la Obsidiana

Cuando la lava sale al exterior por medio de la boca de un volcán, es común ver esta extenderse por toda la falda del mismo. Cuando la lava se solidifica es cuando aparece la obsidiana, pudiendo ser en la mayoría de los casos translucida y pareciendo un material muy compacto, además de vítreo. No existe una cristalización como la conocemos en otros minerales, por lo que cuando la tocamos da una sensación muy lisa, sin rugosidades, y con unos bordes, que, si se encuentran afilados, pueden cortar mucho sin darnos cuenta.

El color de la obsidiana siempre va a ser oscuro, aunque las tonalidades y reflejos cambiarán según de dónde se haya sacado y la calidad de la misma, por ejemplo es muy común encontrar pequeñas vetas de color rojizo o incluso verde. En otros casos, hay pequeñas manchas o coloraciones debido a las inclusiones dentro del mineral. Estas, si son muy habituales, se dice que la obsidiana se encuentra alterada, ya que no se trata de una pieza totalmente pura y perfecta, sino que cuenta con elementos que le hacen tener dichos defectos y por lo tanto, menos valorada. Dentro de estas impurezas también se puede encontrar trazas de otros cristales o minerales, como también gas que ha quedado en su interior proveniente del magma.

Esta piedra cuando se tiene en la mano, además de tener un tacto muy liso y frío, va a pesar poco, aunque esta apariencia de fragilidad no es tal, debido a que cuenta con una dureza extraordinaria, aunque, cuando se rompe, sus fragmentos son muy afilados, pudiendo ocasionar cortes con gran facilidad, uno de los principales motivos por los que antiguamente se utilizaran como cuchillos o puntas de lanza.

Usos de la obsidiana

La obsidiana tanto por su aspecto como por sus propiedades físicas se lleva utilizando desde la antigüedad siendo sus usos muy variados.

Según las diferentes investigaciones que se han realizado para el estudio de este mineral, se ha encontrado grandes evidencias de que, nuestros antepasados la utilizaban como una herramienta de trabajo, sobre todo aquellas en las que se precisaba un filo cortante. Estas personas cortaban la obsidiana en pequeños trozos punzantes, dándole forma con otras piedras, consiguiendo la forma deseada para luego, con la ayuda de una pequeña liana o cuerda atarlo a palos de grandes dimensiones, utilizándolos como punta de lanza. Luego de igual manera, lo han llegado a utilizar como cuchillos, no solo para la caza, sino también para despellejar, cortar animales, o más adelante como objetos de labranza.

Respecto a sus cualidades curativas, cabe destacar que desde las épocas que se utilizaban como armas, se han utilizado para todo tipo de rituales mágicos, ya que se encuentra en esta piedra un fuerte poder, debido sobre todo a su transformación de magma a cristal, proviniendo del interior de la tierra. Debida a este poder y fuerza, muchos son los que recomiendan que se use bajo la protección de una persona conocedora de su poder, haciendo que, en el caso de que se utilice individualmente, tener siempre constancia de que se trata de un elemento sanador y que debe tratarse como tal y nunca menospreciar su fortaleza.

Aquellos que meditan con ella en la mano van a encontrar una gran curación del alma, se van a sentir más tranquilos y con ganas de seguir con su camino, sin nada que pueda frenarlos. Para evitar que la negatividad se introduzca en ti, haciéndote retroceder en tus objetivos, debes llevar cerca siempre esta piedra, ya que se trata de un escudo muy potente, haciendo que todas las energías de este aspecto, tanto si se tratan del interior de la persona, como si son del exterior, de personas que no nos miran bien o de ambientes cargados negativamente, conseguirán aislarnos para que consigamos nuestra felicidad.

Esta piedra te va a ayudar a que puedas crecer como persona en todos los sentidos, te hará más libre, más humano, aceptando tu entorno y posibilitando que puedas acceder a mayores logros en tu vida que anteriormente no te atrevías a realizar. Es por tanto además, un desbloqueador de energías de tu cuerpo y mente, logrando así que se vayan todas las tensiones y consiguiendo que actúes como siempre has deseado. Todo esto te ayudará a que por fin seas quién quieres ser, sin más, mostrando al mundo la mejor cara de ti.

Si normalmente cuentas con bloqueos o tienes barreras mentales que no te ayudan a avanzar, es importante meditar sobre un lugar tranquilo, colocando una piedra de estas características en el ombligo o cerca de él, ya que será la zona en la que sanaras mejor este aspecto.

Es recomendable que una vez que hayas usado esta piedra, siempre la saques en las noches de luna llena, ya de que esta manera se cargará de la energía y positividad mientras que dejará escapar lejos todo lo negativo que ha estado rodeándote en este tiempo.

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