El minio, aunque se trata de un mineral que se ha utilizado desde que se tiene conocimiento, se trata de un material poco común que entra dentro de la categorización de los óxidos, aunque muchos expertos lo clasifican como un mineral de carácter secundario por varios motivos que explicaremos más adelante y que lo relacionan más directamente con otros minerales como la galena.
La etimología de la palabra minio proviene de la lengua latina, debido a que los antiguos romanos utilizaban una mezcla de minerales en las que se incluía por un lado el óxido de plomo y por otro el cinabrio. El primero de los materiales lo sacaban de la antigua España, más concretamente del río Miño, el cual en aquella época tenía el nombre de Minium. Poco a poco este nombre se fue extendiendo y dando más importancia, por lo que los habitantes y mineros de la zona empezaron a denominar al óxido de plomo como Minium, que dio paso al termino que se conoce ahora para este mineral. Otro de los términos que se ha utilizado desde la antigüedad para el minio es el de Plomo rojo, aunque paulatinamente fue quedando en desuso.
Su principal característica es su color rojizo muy brillante con el que, como más adelante tendrás ocasión de comprobar, se ha utilizado mucho como pigmento en pinturas y otros motivos decorativos. Es importante no confundirlo nunca con el polvo de cinabrio, que era el que utilizaban en la antigua Roma, ni tampoco con el litargirio, dos elementos totalmente diferentes, aunque comparten su coloración.
Es un mineral extraordinariamente raro y que, a pesar de contar con varios yacimientos en todo el mundo, deben de existir algunas especificaciones para que se llegue a formar en la roca. Lo principal que se debe de saber es que siempre aparecerán en aquellos yacimientos en los que se pueda encontrar plomo, pero con la característica de que si se encuentran muy bien aireadas con grandes canales o simplemente estén en el exterior porque ya se ha excavado lo suficiente, la oxidación del plomo va a empezar a dar paso al Minio. Aunque es menos habitual, también ocurre cuando en una mina hay una explosión con un incendio posteriormente, esto va a causar que el aire y con él las partículas de oxígeno lleguen al metal y por lo tanto empiece su transformación.
Por lo general, el Minio va a aparecer junto con diferentes sedimentos terrosos, masas que se han compactado a su lado u otros minerales que se han pulverizado, agregándose a la estructura de este mineral. Para conseguir un mineral de Minio completamente limpio lo que se necesita o bien realizar una limpieza a presión para que estos sedimentos se vayan desprendiendo, aunque el método más efectivo es la utilización de ciertos químicos, que lo que van a conseguir es que se diluya todo el conjunto que se ha quedado adherido, teniendo en nuestras manos el Minio puro.
Respecto a las localizaciones en las que a día de hoy todavía se extrae este mineral tenemos Escocia, Suecia, Irán, Australia y en España en Ciudad Real, entre otros.
Usos del Minio
Desde la antigüedad se ha utilizado el Minio y actualmente se sigue usando, aunque algunos de sus utilizaciones han ido quedando de lado debido a que se pensaba que no eran del todo beneficiosas para la salud. Por lo tanto, las industrias de energías móviles, las relacionadas con la pintura y el bricolaje siguen utilizándolo habitualmente y a continuación vamos a comentártelos.
Te hablaré primero de uno de los usos más habituales que tenía en la antigüedad que era la elaboración de pigmentos de color rojo para todo tipo de pinturas. Con la mezcla de ciertos componentes los antiguos realizaban sus coloraciones, no solo para hacer decoraciones sobre la pared, en cuadros o en jarrones y cerámica, sino que también teñían las prendas con este óxido con el fin de darle un tono rojizo a sus prendas. En algunas tribus se ha llegado a utilizar como un pigmento para marcar su cuerpo, sin embargo, alguno de estos usos ha ido erradicándose, sobre todo porque es un producto que a la larga y sobre todo con el contacto sobre la piel puede producir enfermedades, siendo dañino para nuestra salud.
Respecto a la energía móvil, este mineral se utiliza sobre todo en la elaboración de baterías, desde las que se encuentran en los automóviles, hasta incluso en las pilas convencionales y que usamos para los aparatos de casa, pudiéndose localizar, además, pero en menor medida en nuestros teléfonos móviles.
Aunque estos usos se suelen seguir practicando, el que más se utiliza es como elemento anticorrosión. A pesar de que pueda parecer ilógico, el Minio es un mineral con unas propiedades anticorrosivas increíbles y ayuda a que los metales duren mucho más tiempo a la intemperie sin necesidad de mucho más y sin que la lluvia o el aire pueda corroerlos. Como producto se trata de una pintura con un color anaranjado, siendo muy habitual encontrarlo en ciertas vallas metálicas que se encuentran en zonas públicas, aunque también se usa en objetos metálicos o de hierro, como mesas, sillas o puertas de forja. Antes de utilizarlo lo que se debe realizas es una limpieza del metal, lijándolo para eliminar todas las posibles impurezas y que el Minio pueda adherirse con mayor facilidad al material metálico. Una vez hecho esto, lo que se hace es pasar la pintura con una amplia concentración del Minio, dando dos o tres capas antes de que se le pueda aplicar la siguiente capa de pintura. Una vez que se ha secado se elige la pintura que se desea utilizar y cuando este todo listo, tendremos una protección muy eficaz y que podremos tener sin mantenimiento durante varios años sin problema alguno.
Siempre que se use Minio, se recomienda la utilización de guantes de plástico o mascarillas, ya que el contacto continuado puede causar alergias o dolores de cabeza.